OPINIÓN

Corrupción: sorprendente diligencia

Por: Colectivo PRODH

El poder corrompe y el poder total corrompe totalmente. Este dicho es y ha sido aplicable a la serie de gobiernos encabezados por tiranuelos, caudillos mesiánicos y presidentes populistas que han devastado a los países de América Latina desde su independencia y que continúa en la actualidad. El gobierno de Correa no ha sido la excepción. Citemos algunos casos como el “come cheques”, el gran hermano, el gran primo (Pedro Delgado), el caso Duzac, la compra de ambulancias, entre otros.

En su momento, el Presidente salió en defensa de su primo y acusó a la prensa corrupta de montar una calumnia antes de que el personaje huyera a Miami con el beneplácito del gobierno. Prohibido olvidar. Pero también se observan elevados sobreprecios en muchas de las obras públicas que no han sido debidamente aclarados. La corrupción ya fue señalada hace 6 años por el Contralor y lo confirman una gran cantidad de informes de Contraloría a los cuales una demasiado ineficiente -y por lo tanto sospechosa Fiscalía General- mantiene atorados por largo tiempo. Incluso algunos analistas sospechan que por la duración y por la abundancia de recursos la corrupción podría ser mayor que en los gobiernos anteriores.

La asambleísta Gálvez, representante de Esmeraldas por Alianza País, fue acusada por la Fiscalía del presunto delito de cohecho, supuestamente por haber pedido coima por un contrato. Rápidamente fue expulsada de las filas del movimiento de gobierno y también se le quitó su condición de asambleísta, actualmente se encuentra detenida para investigaciones. ¿Será un chivo expiatorio? Probablemente, porque esto le permite al gobierno llenarse la boca de su supuesta lucha contra la corrupción, incluso cuando surge dentro de sus propias filas. Y esto ocurre cuando las medidas económicas que viene tomando en el presente año (salvaguardias, confiscación de fondos de cesantía privados, impuesto a la herencia) van generando cada vez mayor rechazo entre la ciudadanía, evidenciando que el gobierno está desesperado por conseguir ingresos a como dé lugar, después de haber derrochado irresponsablemente los mayores recursos de la historia del país.

La gran diligencia en un caso menor de corrupción contrasta con la total desidia por parte del gobierno para que se investiguen una serie de actos de corrupción denunciados por fuentes sociales y periodísticas independientes, más graves y escandalosos que el de la asambleísta. Contrasta también con la ninguna investigación al inocultable enriquecimiento de varios funcionarios de gobierno y de ciertos grupos económicos durante los ochos años de correísmo. Mientras tanto el gobierno podría necesitaría de más chivos expiatorios, para al menos desviar en algo la atención ciudadana, y mitigar el descontento que va generando en la gente.

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