LIBRE EXPRESIÓN

Salud en resistencia: Declaración de Quito

Aprobada por la asamblea del V COSAVI

Nosotros, ecuatorianos y ecuatorianas participantes en el V Congreso por la Salud y la Vida (COSAVI), convocado desde las organizaciones de la sociedad civil y realizado el 14 de noviembre de 2015 en la ciudad de Quito, capital de la República del Ecuador, conscientes de la preocupante situación de salud expresada en inequidades en indicadores como la desnutrición infantil, la mortalidad materna y neonatal o las enfermedades transmitidas por vectores, otras enfermedades infecciosas y las no transmisibles, enfermedades catastróficas de gran impacto social, en la ineficiencia e inefectividad de la inversión, la inseguridad, incertidumbre y deterioro en la calidad de servicios públicos, en especial aquellos que deberían contribuir a la salud y la plena satisfacción de las justas aspiraciones de nuestra población, en ejercicio de nuestros derechos constitucionales y en cumplimiento de nuestras responsabilidades como entes de una sociedad obligada a velar por el bienestar de las actuales y de las futuras generaciones, declaramos:

1. La salud y la vida son procesos connaturales a la democracia y al estado de derechos y, como tales, se encuentran plenamente garantizados en la Constitución de nuestra República. Por tanto, el Gobierno Nacional tiene la ineludible obligación de cuidarlos y respetarlos, tal como lo determinan la Constitución, los tratados internacionales ratificados y las leyes.

2. Los recursos que se destinan a satisfacer las necesidades de la población nos pertenecen a todos, porque son aportados a través de impuestos, tasas y todo tipo de contribuciones, y por la riqueza de nuestros recursos naturales. El gobierno tiene la obligación de administrar con honestidad y transparencia estos recursos. Por lo tanto, los servicios públicos fundamentales, como la salud y la educación, así como las acciones de salud pública, deben estar al alcance de todos los ecuatorianos sin que debamos pagar ni encontrar otras barreras para acceder a ellos. Cualquier forma de privatización o la imposición de precios a esos servicios, violenta la esencia misma de la obligación del Estado. Por pertenecernos a todos por igual, estos servicios deben respetar las diferencias culturales de los pueblos, nacionalidades y grupos poblacionales de diversas características que coexisten en nuestro país.

3. Todos los trabajadores de la salud, independientemente del rol que cumplan dentro del proceso, tienen derechos laborales irrenunciables e intangibles que, lamentablemente, son sistemáticamente irrespetados. Se hace necesario, por tanto, demandar a los respectivos órganos de gobierno el respeto incondicional a la dignidad del personal de salud, el derecho al desarrollo de los trabajadores y el reconocimiento salarial acorde con el tiempo efectivo de trabajo y la complejidad y riesgos inherentes a su ejercicio. Permitir además el acceso de los futuros profesionales de la salud a los servicios e instituciones para la adquisición de habilidades en su formación académica de tercer nivel y postgrado, como política de Estado.

4. Las elevadas morbilidad y mortalidad maternas, y la alta incidencia de embarazos en la adolescencia, requieren de un abordaje libre de prejuicios y de dogmas, con enfoque intercultural. Explícitos derechos constitucionales deben materializarse en la emisión de normas, la ejecución de programas, el mejoramiento de la capacidad instalada en los servicios de salud y la formación y desarrollo de personal para hacer frente a estos problemas. En este marco, la libertad se expresa en la vivencia y ejercicio de los Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos que permiten no solo la sobrevivencia de la especie, sino la posibilidad de vivir por separado la sexualidad como fuente de goce y disfrute del cuerpo, y la reproducción como una opción autónoma.

5. La determinación social de la salud, relacionada con procesos como el trabajo, el ambiente, los salarios, la alimentación, la educación, la vivienda, el acceso a la tierra y al agua, el extractivismo de recursos naturales, la violencia, la movilidad humana, etc., tienen clara relación con la conducción política de los Estados. Por lo tanto, la participación autónoma social se vuelve indispensable en el proceso de formulación e implementación de las políticas nacionales que, en su conjunto, están destinadas a construir un mundo y una sociedad mejores. Infortunadamente, en nuestro país la genuina participación social es cada vez más limitada por el poder gubernamental. Con nuestra voluntad pretendemos abrir espacios de diálogo y construir organizaciones dispuestas a dialogar para lograr una participación ciudadana sin exclusiones, en la búsqueda de soluciones beneficiosas para el bienestar de la población y para la democracia.
6. El Código Orgánico de Salud (COS) es uno de los cuerpos legales medulares para la organización del conjunto de normas e instituciones públicas, privadas y comunitarias que tienen que ver con la salud de la población. Antes de su aprobación por la Asamblea Nacional deberá ser debatido y aprobado por la sociedad ecuatoriana, a través de las instancias legítimamente constituidas.

7. El V COSAVI se pronuncia por el archivo de las enmiendas constitucionales, porque tal como están planteadas anulan la participación democrática y consagran el autoritarismo. El V COSAVI se pronuncia también en contra de la ratificación del Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea, así como del extractivismo y del programa de ajustes económicos, el endeudamiento externo agresivo, las asociaciones público – privadas, la eliminación progresiva de subsidios y el recorte de puestos de trabajo, por su potencial afectación a la salud, a la vida y a la autonomía del pueblo y el Estado ecuatorianos.

8. El V Congreso por la Salud y la Vida rinde honores a nuestros ilustres precursores de la libertad y de la igualdad, los doctores Eugenio Espejo y Matilde Hidalgo, cuya obra trascendente perdurará por siempre, y hace público su respeto y su admiración a la memoria de profesionales de la salud que como Plutarco Naranjo Vargas, Eduardo Estrella Aguirre y Edmundo Granda Ugalde, contribuyeron al desarrollo de la medicina social en nuestro país.

Salud en Resistencia significa vida en armonía con la naturaleza, acceso a servicios sin exclusiones, integralidad del cuerpo, la mente y el espíritu, igualdad de género, dignidad y respeto en la práctica laboral, participación activa y democrática en la gestión y toma de decisiones, pero también resistencia frente al poder, la mentira, el engaño y la injusticia. En último término, Salud en Resistencia significa reivindicar la dignidad, la solidaridad y la decencia para las actuales y futuras generaciones de ecuatorianos.

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