OPINIÓN

La cuestión nacional en Ecuador

Por: Ileana Almeida

Los errores de la política del presidente Correa son conocidos: individualismo extremo en el manejo de la vida política, falta de democracia en los órganos del Estado, indiferencia a los pedidos sociales, cambios en la Constitución sin consulta previa, abuso de poder y autoritarismo, irresponsabilidad en el maneo económico del país, irrespeto a la naturaleza, criminalización de la protesta social. Además de un discurso agresivo contrario a la psicología social de los ecuatorianos y una publicidad política estridente. Por lo anterior y dada la complicada situación que vive el país, es imprescindible realizar planteamientos económicos, ecológicos, políticos, jurídicos y psicológicos para “descorreizar” el país.

La propia realidad ha llevado a encontrar como única vía para enmendar errores la ampliación y fortalecimiento de los sectores opositores al gobierno del presidente Correa, que por ahora son movimientos heterogéneos y sin acuerdos definitivos pero se prevé escuchar desde cada sector esbozos de alternativas a la política gubernamental para consolidar los caminos del debate y las consecuentes decisiones que deberán adoptarse. Sin embargo, los planteamientos políticos del momento se caracterizan por la variedad y hasta por la contraposición ideológica.

Por su parte, las organizaciones indígenas plantean con firmeza la necesidad de cumplir con la Constitución y poner en práctica el Estado Plurinacional estipulado en ella para satisfacer las legítimas demandas de los pueblos indígenas, considerando, por supuesto, la situación social y política del país.

En el ámbito científico, prácticamente ninguna institución se ocupa de valorar y encauzar los conocimientos ancestrales sobre la naturaleza que conservan los indígenas y que podrían traducirse en soluciones a problemas de salud, producción y bienestar universales.

En el funcionamiento de la Educación Intercultural Bilingüe se había avanzado notablemente pero el gobierno de Correa cortó mediante un decreto toda la actividad autónoma que se venía desarrollando. Como parte de la criminalización de la protesta social, los indígenas han sido las víctimas propiciatorias de la persecución gubernamental.

Las culturas indígenas evitan que el país caiga en una monotonía cultural insoportable, aportando a todos los aspectos de la vida y la cultura: vivienda, comida, música, colores, medicina, vestimenta, rituales, fiestas, saberes tecnológicos y ecológicos, herramientas de trabajo. Por ello, la interculturalidad no debe significar la desaparición de una cultura sino el enriquecimiento mutuo entre culturas.

Es necesario utilizar categorías que permitan entender la relación de los pueblos y nacionalidades indígenas con el Estado, con la nación ecuatoriana y el Estado-nación establecido en el país. Hay que diferenciar con precisión los conceptos de ciudadanía y nacionalidad. El problema nacional no es lo mismo que la cuestión de las clases sociales. Sin embargo mantienen una correlación. La lucha de clases en el país no es lo único que evidencia el desequilibrio social. La Constitución del Ecuador establece que el Estado ecuatoriano es plurinacional pero nada se hace, ni desde el gobierno nacional ni desde los gobiernos locales, para convertir lo escrito en práctica social.

No se reconocen las autonomías de hecho (comunidades) ni las de derecho (educación Intercultural Bilingüe, organizaciones políticas). El Estado Plurinacional no significa que se quiera dividir el país; de lo que se trata es de democratizar el Estado. Las instituciones que se establezcan para defender a los pueblos y nacionalidades indígenas deben expresar su especificidad pero también deben ser abiertas para dar cavidad a los que quieran compartir y vivir otras vidas y otras experiencias.

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