EDITORIAL

1º de Mayo

Hace pocos días fue 1º de mayo, un día que constituye un recuerdo por fortuna muy fresco, en la memoria colectiva. Gracias a los eventos y la lucha de muchas personas valientes en 1886 es que hoy podemos gozar de condiciones adecuadas en nuestros lugares de trabajo y de una jornada laboral de 8 horas diarias.

Hace 131 años se sentaron las bases de una lucha que debe persistir, pues cada tanto hay personas inescrupulosas que quieren quitarnos nuestros derechos laborales y con ellos nuestra dignidad.

Basta con recordar que en el mundo hay alrededor de 201 millones de personas desempleadas o que de acuerdo con la OIT, la vulnerabilidad del empleo mundial se encuentra en el 42% de la fuerza de trabajo, es decir, la mitad de la población trabajadora mundial se encuentra en riesgo de desempleo, de subempleo o de perder la seguridad social.

Pero esta jornada no solo es para luchar por nuestros derechos sino que también es una fecha de solidaridad para reivindicar los de quienes aún hoy en día, en pleno siglo XXI, siguen viviendo en condiciones de esclavitud:

⦁ Esos 215 millones de niños y niñas que trabajan en minas, canteras y fábricas por todo el mundo.
⦁ Las cerca de 4,5 millones de víctimas de explotación sexual forzada.
⦁ Las cientos de miles de personas explotadas en fábricas de tecnología, zapatos, textiles, ladrillos, granjas, barcos de pesca, cultivos de caña, en la construcción, el comercio, en el servicio doméstico, en ventas y hasta en la mendicidad.

Por eso, las fechas de conmemoración no representan una lucha concluida, algo que ya pasó, sino que son el recordatorio de cuánto camino nos falta por recorrer y son también un momento para tomar aire, pensar y planear cómo continuar adelante, porque para atrás ¡ni para coger impulso!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *