¿Y ahora qué pasará luego de la consulta?

Hace pocos días la mayoría de ecuatorianos asistimos nuevamente a sufragar, otra “fiesta de la democracia” de esas que tenemos bastante seguido en nuestro país. En esta ocasión se trató de una consulta popular y referéndum constitucional, es decir de nuestro “SI” o “NO” dependería la creación, modificación y derogatoria de varias normas legales relevantes entre ellas nuestra norma más importante la Constitución.

La campaña a favor de la consulta y en contra de la consulta se centró curiosamente no en el contenido de las preguntas, ni en un debate de ideas sino en el apoyo al actual Presidente de la República, Lenin Moreno o en el apoyo al ex primer mandatario, Rafael Correa. De las dos partes se nos impulsaba a votar todo “SI” o todo “NO” sobre asuntos de lo más variados.

Ya conocemos los resultados oficiales del proceso electoral, en las siete preguntas triunfó el “SI” con un aproximado del 70% versus el 30% del “NO”. En efecto, la ciudadanía votó en plancha aceptando la propuesta de Lenin Moreno, quien ha manifestado que ganó el pueblo. Pese a los resultados desfavorables, Rafael Correa se siente también triunfador pues según él, incluso con un supuesto fraude y el uso de la maquinaria política y económica, quedó demostrado que la Revolución Ciudadana es la principal fuerza política. Desde su visión, la “derecha traicionera” se ha tomado el poder, pero en algún momento la “izquierda revolucionaria” lo retomará.

Los resultados podrían interpretarse de diversas formas: como un apoyo a Moreno o como un rechazo a Correa; pero también puede interpretarse de los resultados en plancha que en realidad los temas de la consulta no importaron demasiado al electorado, si así hubiese sido, los resultados de cada pregunta serían diversos, como diversas eran las temáticas consultadas.

Mientras todo esto ocurre, la vida de los ciudadanos sigue adelante, nos mantenemos pendientes de ver cómo avanza la telenovela política o reality show en el que algunos (los de siempre) se disputan el poder. La verdad de las cosas sea dicha, nada o muy poco cambiará luego de esta consulta y referéndum, como nada o muy poco ha cambiado con los numerosos procesos electorales anteriores; sobre todo con aquellos que crean, modifican y derogan leyes. Al final de cuentas nuestros mandatarios populares no son muy adeptos de cumplir las normas legales, sino de gobernar creyéndose dueños de un poder absoluto.

De nuestra parte, creemos que lo que les podemos aconsejar a nuestros lectores es que nos mantengamos alertas, no de la farándula política sino de nuestros derechos y de los dineros públicos que pertenecen al pueblo, que es lo que en realidad se encuentra en juego. Y además, dejemos ya de pensar que una sola persona nos solucionará la vida y que entregarle más poder es lo mejor, nuestra experiencia como país demuestra todo lo contrario.

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