Dialogar sí, pero cuándo, dónde y cómo yo quiera

Una de las principales consignas del Presidente Lenin Moreno ha sido el relacionarse de forma distinta con los ecuatorianos, diferenciándose de su antecesor, quien se caracterizó por oponerse al dialogo, tomar decisiones sin participación y consenso, considerando al opositor como enemigo y creando un ambiente de temor y ausencia de libertades.

En palabras del Presidente Moreno pronunciadas en campaña y una vez electo: “sus problemas y anhelos son prioridad”, “uno tiene que dialogar con todos”, “mis diálogos serán permanentes y abiertos”, “yo considero la crítica como el asesoramiento gratuito que tenemos los gobernantes”, “Nada para ustedes sin ustedes”. El Presidente ha dialogado ya con varios actores: periodistas, empresarios, maestros, jubilados, agricultores, organizaciones de derechos, etcétera.

En ese contexto, una delegación de mujeres amazónicas llegó el día lunes 12 de marzo a la ciudad de Quito, y se instaló en vigilia en las inmediaciones del Palacio Carondelet, esperando dialogar con el Primer Mandatario y entregarle el “mandato de las mujeres amazónicas” con 22 puntos de enorme interés que incluyen en otros temas: rechazo ante el extractivismo minero y petrolero y denuncias ante la persecución y ataques contra la vida e integridad física y sexual de las personas que defienden la naturaleza.

Sin embargo, la delegación de mujeres amazónicas recién podrá reunirse con el Presidente el día 22 de marzo a las 17:30 por un espacio de 30 minutos. Desde la Presidencia se aclaró que el Mandatario recibirá a las mujeres por su enorme cercanía con la situación de la Amazonía y no por sus amenazas de protesta y paralización.

Todo esto sucedió luego de enorme presión de activistas y medios de comunicación que daban cuenta de la situación precaria en que las mujeres esperaban un pronunciamiento del Presidente. Las mujeres se encontraban ya varios días acompañadas de sus hijos a la intemperie, bajo el sol inclemente de estos días y con algunos enfermos.

El pronunciamiento recién llegó el 16 de marzo, cuando el secretario particular del Presidente, les concedió una audiencia, en ella les propuso que el Presidente no las reciba en Quito inmediatamente sino que sea en un momento próximo en la Amazonia, propuesta a la que ellas se negaron. Una de sus voceras dijo sentir ante las dificultades para dialogar un “triple discrimen: por ser indígenas, por ser mujeres y por defender a la madre tierra”.

Desde el PRODH aplaudimos la decisión del Presidente de recibir a las mujeres amazónicas pero también condenamos enérgicamente el hecho de que para lograr dicho diálogo las mujeres hayan tenido que sufrir tanto. Condenamos la falta de respuesta inicial y luego el que se haya intentado delegar un diálogo tan relevante y condenamos también que luego de diez días de espera se les conceda tan solo 30 minutos para exponer su mandato.

Para finalizar, sobre la oferta del Presidente de dialogar con la ciudadanía, solamente decir que la palabra se honra con actos y no con discursos y lo ocurrido marca un mal precedente.

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