Perfil mínimo de derechos humanos

Por: Santiago Argüello Mejía, PRODH

El Estado existe para el cumplimiento de nuestros derechos. Todo, absolutamente todo tiene que ver con el reconocimiento y la protección efectiva de los derechos humanos, del derecho de las personas y de los pueblos como es el slogan del PRODH. No nos hemos cansado de repetir que hay espacios olvidados, desatendidos, en franco déficit, que hace inclusive pensar que no son parte de la muy cantada soberanía nacional, como en el caso tan específico de lo que llamamos “nuestra” frontera.

La respuesta de entripado por los acontecimientos recientes podría ser el despertarnos para devolver el golpe que nos han propinado en la cara. Podríamos desplegar 20.000 hombres en la frontera norte. ¿Serán suficientes? La supuesta lucha contra la droga y sus males subsecuentes podría devolvernos con fuerza la pregunta ¿en qué frontera desplegamos a esos 20.000 valientes? Si solo fuera un problemita de fronteras territoriales va y pasa, pero en este tema hacemos frontera con México, Costa Rica, Brasil, USA. En el tiempo en que atacamos a los cárteles de la droga estos se han convertido ya en empresas criminales sofisticadas, a modo de “holdings” con experticias, división del trabajo y multiplicidad de medios que superan largamente el instrumental de los Estados.

Hoy que ya no nos encontramos con las FARC, sino con centenares de grupúsculos criminales en capacidad de volvernos a golpear, ¿qué hacer? Mesura, inteligencia criminal y fuerza bien orientada podrían ofrecernos alguna seguridad, pero todo eso se construye en años de vocación por la defensa de los derechos humanos de nuestros habitantes de frontera. ¿Podremos un día despertarnos con la noticia de que en verdad existe “atención preferencial del territorio de frontera” como manda la Constitución que nos rige?

Cuando éramos parte de la lucha contra las fumigaciones colombianas que tanto afectaron a la gente de nuestra frontera norte, el coronel Gutiérrez formó un equipo (que dirigía un señor diplomático Jhonson), cuanto más dedicado a defender los planteamientos de Colombia que los del país. Vergonzoso. Hay que recuperar el territorio hipotecado para empezar a hacer obra y redimir a tanto poblador inocente, que a la pobreza suma la amenaza de una guerra sin cuartel absurda y de prevenibles malos resultados.

La política pública nacionalista, de la que resulten beneficiarios nuestros hermanos de frontera, nuestros jóvenes en franca desocupación, nuestros niños infiere algunas otras medidas de emergencia, como disponer de una política exterior con Colombia (que está lejos de ser una reunión esporádica); más políticas hacia el interior para el pos conflicto social y armado de Colombia. Tanto como darnos cuenta y ejecutar un plan para lo que los técnicos llaman “inteligencia criminal estratégica”, y que en esencia se refiere al modo de responder ante el fenómeno de conjunto de la delincuencia transnacional organizada. Intenté hacer pasar la idea de un enlace de inteligencia en la FGE con el fiscal que servía al anterior gobierno, sin éxito.

Si solamente el Estado existiera para la protección de nuestros derechos humanos…

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