PENDIENTES EN LA FRONTERA NORTE

El conflicto, a partir de enero de este año en la frontera norte, ha dejado en el país muerte, destrucción, zozobra, dolor e incertidumbre. A los siete fallecidos, 3 civiles y 4 militares, se suman los heridos. Además de dos secuestrados, cuya situación es impredecible, y roguemos que su desenlace no sea el mismo que el de los primeros.

La manera en que se han desarrollado los acontecimientos deja en claro algunos hechos:

– La inadecuada preparación y organización de los operativos militares que tuvieron como consecuencia la muerte de los cuatro marinos.

– La falta de operaciones acertadas de inteligencia militar y policial que hubieran podido prever, o al menos reducir la intensidad de los ataques en San Lorenzo, Borbón y Viche, atrapar a “Guacho” y liberar a los secuestrados.

– La indefensión de la gente que vive o transita en la zona fronteriza de Esmeraldas.

– El manejo evidentemente equivocado del tema por parte de las autoridades de gobierno del Ecuador, es decir ministros, presidente y vicepresidenta y comandantes generales de las Fuerzas Armadas y Policía que llevaron al desenlace fatal en el caso de los tres periodistas.

– El discursoguerrerista y de no negociación con la banda de alias “Guacho”, por parte de los gobiernos de Ecuador y Colombia,que finalmente dio como resultado no solo la muerte de los mencionados, sino que además ha complicado mucho la entrega de los cuerpos, aumentando el dolor de sus seres queridos que, al cabo de más de un mes de su asesinato, no pueden tener ni siquiera el consuelo de enterrarlos.

– El aumento de la producción de coca y del narcotráfico en la región de Tumaco, limítrofe con el Ecuador y la toma del control del negocio por parte de grupos disidentes de las FARC y delincuenciales, al servicio de carteles mexicanos, luego de que este movimiento, como parte del proceso de paz, dejara las armas.

Se debe indicar que mientras subsistan las terribles condiciones socioeconómicas de los habitantes del norte de Esmeraldas, mayoritariamente negros, y a los que históricamente todos los gobiernos le han dado la espalda, seguirá siendo el caldo de cultivo para el aparecimiento de otros “Guachos” y para que muchos habitantes vean en los sembríos de coca y el narcotráfico como las únicas salidas a la miseria.

Los cantones de esta región, San Lorenzo y Eloy Alfaro, según el último censo, tenían respectivamente 84.6% y 94.5 % de pobres y un nivel de desempleo exorbitante. Las fuentes de trabajo legales se reducen prácticamente a tres: pesca, recolección de conchas y la muy contaminante palmicultura. A eso se les suman actividades ilegales de minería, explotación maderera y cultivo de coca, este último del otro lado de la frontera. Por eso es necesario la intervención del Estado para incentivar y financiar planes para desarrollar, por ejemplo, la producción agrícola y ganadera y el desarrollo del ecoturismo (playas casi desconocidas, ríos todavía cristalinos, selvas tropicales que aún no han desparecido, los manglares más altos del mundo!). La seguridad y la acción militar son necesarias pero la mejora de las condiciones de
vida, incluida la generación de fuentes de trabajo, serán las que traigan seguridad real a la gente tan sufrida y olvidada de esta región del nuestro país.

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