Según se sabe por boca de ex-asambleístas constituyentes que se salieron del gobierno, Rafael Correa, que se las daba de progresista en realidad era y es super curuchupa, impuso, allá por el 2008, a pesar de la oposición de la mayoría de constituyentes, que en la Constitución de Montecristi apareciera explícitamente que el matrimonio sólo puede ser entre un hombre y una mujer (además se opuso a capa y espada de toda reforma respecto al aborto).
Pasaron los años y en 2013 la pareja formada por Pamela Troya y Gabriela Correa solicitó a la Corte Constitucional se les reconozca el derecho a contraer matrimonio. A su lucha incansable se le fue agregando la lucha de otras parejas del mismo sexo por alcanzar este derecho, sus voces fueron ignoradas por mucho tiempo de manera injustificable.
Finalmente, el 12 de Junio del 2019, 5 de los 9 jueces de la Corte Constitucional reconocieron la opinión consultiva de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para que se viabilice el matrimonio igualitario en el Ecuador, sin necesidad de reformar el artículo 67 de la Constitución, que solamente reconoce el matrimonio entre hombre y mujer. Esta vez fueron las parejas formadas por Efraín Soria y Javier Benalcázar y por Rubén Salazar y Carlos Verdesoto quienes presentaron su demanda ante la Corte. Además, el mismo día en otro caso similar en que se discutía también sobre matrimonio igualitario, se derogaron los artículos del Código Civil y Ley de Gestión de la Identidad Y Datos Civiles que impedían el matrimonio entre parejas del mismo sexo.
El pronunciamiento de la Corte es histórico porque contribuye a que en el Ecuador haya más justicia e igualdad para los ciudadanos en general y para las personas LGBTI en particular en el ejercicio de su libertad y de sus derechos humanos. Es así que nuestro país convierte en el estado número 29 en el mundo en reconocer el matrimonio igualitario. Queda ahora pendiente que la Asamblea implemente las reformas legales para armonizar todo el sistema jurídico. A partir de la publicación de las sentencias en el Registro Oficial, todas las parejas independientemente de su orientación sexual podrán casarse.
Sin embargo, y con mucho pesar también debemos mencionar acerca de las reacciones con mensajes homofóbicos e intolerantes han copado las redes sociales. Los representantes de la iglesia católica, de cultos protestantes y de grupos provida no han tardado en expresar su rechazo al matrimonio igualitario. A todos ellos hay que recordarles que se trata de un matrimonio civil, no religioso, y que además el Ecuador es un estado laico, no confesional, de manera que su opinión no tiene asidero desde el punto de vista legal. Incluso están hablando de una consulta popular para intentar suprimir el matrimonio igualitario. Pero los derechos humanos se aplican, no se consultan.
Más allá de estar a favor en contra del matrimonio igualitario, es un tema de actualidad a nivel mundial y definen posturas entre sectores más atrasados o más de vanguardia en la sociedad. Mientras tanto Pamela y Gabriela, como muchas otras parejas planifican su boda para dentro de unos meses.