Cerrando los ojos ante la realidad de las mujeres

La despenalización del aborto por violación deberá ser tratada en los próximos días por la Asamblea Nacional. Parecería que habría los votos suficientes para su aprobación, pero si no fuera así quedaría demostrado lo retardatario del pensamiento legislativo.

Recordemos que en el 2013 la despenalización del aborto por violaciónno fue incluida en la ley penal, ya que cuando se quiso incluir el tema en el debate el inefable curuchupa y conservador Rafael Correa -cuando no- metió la cuchara en el tema y silenció a tres asambleístasde Alianza País, Paola Pavón, Soledad Buendía y Gina Godoy, que se mostraban favorables a la despenalización por violación, las tachó de desleales y amenazó con renunciar (una vez más) si seguían apoyando esta idea. El presidente las sancionó retirándolas un mes de la Asamblea, luego de lo cual, las susodichas se sometieron y sumieron en un mutismo total respecto al tema que desde luego, no volvió a ser discutido.


Si en el 2013 se hubiera aprobado el aborto por violación hasta el 2018, diez mil niñas violadas de entre 7 y 11 años hubieran podido decidir si querían o no dar a luz y no ser obligadas a sepultar sus infancias y dedicarse a la dura tarea de ser madres.


Según cifras del INEC en 2018, 2089 niñas de 14 años o menos (casi 6 por día) se convirtieron en madres. La enorme mayoría fueron víctimas de violación sexual, en un gran número de los casos por parientes cercanos o conocidos. Las niñas al no estar completamente desarrolladas físicamente corren mucho mayor riesgo de morir durante el parto que durante un aborto seguro.

Al no existir el aborto legal, seguro y que preste todas las condiciones, lo que ocurre entonces es que se practican abortos clandestinos en condiciones infrahumanas, insalubres y sin ningún tipo de control, siendo esta la causa del 15,6% de las muertes maternas en nuestro país. Desde luego, la violación de mujeres adultas también es un hecho de enorme violencia y sumamente traumático, con consecuencias muy graves para las víctimas. Una mujer o una niña que dé a luz y conserve al hijo o hija de su violador sufrirá revictimización todos los días. A pesar de las campañas de los grupos que se denominan “provida”, de la Iglesia católica y de otros grupos religiosos, según estadísticas se estima que el 73% de la población está en contra de que una mujer violada que aborte vaya presa. La empatía, el sentido común y la mínima consideración de humanidad han comenzado a primar en nuestra sociedad.

Ahora esperemos que los asambleístas que se venían oponiendo a la despenalización del aborto por violación, especialmente de CREO y algunos socialcristianos, se den cuenta que no pueden seguir oponiéndose al avance de los derechos de las mujeres y de la historia en el Ecuador. Todo ello, partiendo de tabúes, información incompleta y errada, concepciones machistas y vetustas, negando la realidad, y así afectando a diario la vida y salud de un enorme número de mujeres.