Un catastrófico 1ero de Mayo para los trabajadores

Este primero de mayo, Día Internacional del Trabajo, fue diferente de todos los anteriores en nuestro país y en todo el mundo. Gran parte de la humanidad permanece confinada o muy restringida en su posibilidad de movilizarse a causa de la pandemia del Coronavirus o Covid-19. Fue imposible marchar y hacer uso del legítimo derecho a la protesta.

A nivel mundial, por causa del confinamiento, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que 305 millones de personas perderán su empleo a tiempo completo y que 1600 millones que están en la economía informal corren riesgo de perder sus fuentes de ingresos.

A nivel nacional, por lo pronto ya ha habido 400 mil despidos y potencialmente podrían llegar a ser 750 mil. Muchos de los informales, que constituyen cerca del 60% de los trabajadores, se quedarán sin sus medios de subsistencia.

Mientras tanto, el Ministerio de Trabajo no solo que no hace nada para frenar al abuso patronal como el no pago de liquidaciones de los despedidos, sino que ha emitido acuerdos que permiten la flexibilización laboral, la reducción salarial y la toma de vacaciones forzadas de empleados bajo el disfraz de una negociación en que las partes no están en igualdad de condiciones. Todas estas medidas violatorias de los derechos de los trabajadores y oportunidades para que los empresarios se aprovechen de la situación. Por otra parte, las grandes empresas siguen debiéndole al Estado a pesar de que gran parte de sus obligaciones con el fisco ya les fueron condonadas.

Mientras tanto la pandemia, que arrasa con vidas humanas y puestos de trabajo, sigue expandiéndose imparable en nuestro país, colapsando el sistema de salud, las funerarias y los cementerios, en medio de la indolencia, ineficiencia y mentiras de gobierno. Es así que fuentes internacionales muy serias, estiman que la cifra de muertos en el país es 15 veces mayor a la que indica el gobierno. El régimen de Moreno además, no ha tenido empacho en pagar más de 300 millones de dólares al FMI, justo cuando por falta de recursos para equipos de protección de personal de salud y de la ciudadanía en general, de pruebas de coronavirus, de respiradores, de unidades de cuidados intensivos y de personal de salud, miles de compatriotas simplemente se mueren.

Y entre los muertos y contagiados se cuentan también cientos (o miles) de trabajadores de la salud que atienden a los infectados por el Covid-19, y que literalmente se juegan la vida por ellos. Resulta por lo tanto cruel e inhumana, la decisión del gobierno que niega que esta pandemia pueda ser considerada como una enfermedad profesional, en clara contradicción con las recomendaciones de la OMS (Organización Mundial de la Salud).

Este 1ero de Mayo bajo confinamiento ha sido el más catastrófico que hayamos vivido por la cantidad de muertos y de desempleados que está dejando la pandemia. En este contexto, se avizora una mayor flexibilización laboral y todavía una mayor pérdida de derechos de los trabajadores. Vamos de mal en peor y necesitamos reaccionar.