Los tiempos difíciles que vivimos podrían prolongarse sino reaccionamos

El coronavirus con catastróficas consecuencias para el Ecuador se convirtió en el principal aliado del gobierno de Lenin Moreno. En octubre pasado el presidente quiso liberalizar los precios de los combustibles, pero las protestas encabezadas por el movimiento indígena lo obligaron a retroceder. Ahora, aprovechando el confinamiento de gran parte de la población del país y el toque de queda que limitan al máximo la movilización social, además del tema de hidrocarburos decidió también la reducción de la jornada de trabajo y salarios en el sector público, 12.5% a los maestros y 17.7% a empleados dependientes del ejecutivo. Miles de contratos ocasionales del Estado no se renovarán y varias empresas estatales desaparecerán. Por otra parte, en la Asamblea se aprobó una ley enviada por el ejecutivo que faculta a los empresarios a reducir el salario de los trabajadores hasta en un 45%.

La recesión económica venía desde antes de la crisis del coronavirus, pero no es justo que el costo de la crisis sea endosado a los trabajadores. Por otra parte, los grandes grupos empresariales, que concentran el poder económico en el país y cuyas utilidades suman decenas de miles de millones de dólares al año no contribuirán ni un centavo para salir de la crisis. Para empeorar el panorama, la corrupción campea en los contratos realizados para enfrentar la pandemia y sus consecuencias y varios de sus protagonistas, que no han tenido empacho en robar los recursos del pueblo ecuatoriano en medio de semejante crisis, han sido figuras relevantes del gobierno. 

En medio de la crisis, la capacidad del sector de la salud para enfrentar la pandemia es muy limitada y se ha visto desbordada ya que su presupuesto ha sido drásticamente recortado desde el 2018, al igual que el personal. Los resultados se pudieron ver en la gente esperando por varios días fuera de los hospitales en Guayaquil sin ser atendidos, algunos incluso murieron en la espera.

Para empeorar la situación, el precio del petróleo está en los niveles más bajos en varias décadas por la falta de demanda, a lo que se suma el problema geológico junto al río Coca, donde el oleoducto estuvo paralizado por más de un mes.

El gobierno también intentó reducir el presupuesto de las universidades públicas pero la Corte Constitucional declaró preventivamente que es una medida posiblemente inconstitucional y la suspendió, no se sabe qué mismo va a pasar. 

Mientras tanto, el gobierno sigue recurriendo al endeudamiento externo como única fuente de financiamiento, incluidos los préstamos que el Fondo Monetario Internacional y otros organismos financieros quieran otorgarle, eso sí implementando medidas como este paquetazo del coronavirus que empobrecerá aún más a la ya muy golpeada mayoría de ecuatorianos que si no muere por el coronavirus, morirá de hambre. 

Es tiempo de reaccionar, resistir y manifestarnos por todos los medios que nos sean posibles, es ahora o nunca.