Orellana sigue sufriendo los estragos del derrame petrolero del 7 de abril

Por: Diocles Zambrano, Derechos Humanos- Orellana

La ciudad de Francisco de Orellana sigue sufriendo los efectos del desastre ambiental que se produjo por el derrame de petróleo de los oleoductos SOTE Y OCP, producido el 7 de abril de 2020. El desastre afectó a los 31 barrios del cantón Orellana, el cual cuenta con 5.500 habitantes y se abastece de las aguas del Río Coca, afectado por el derrame.

Para continuar dotando del servicio de agua a la ciudadanía, el alcalde del cantón reactivó una vieja bomba que se tiene instalada en el Río Payamino, la  que se utiliza cuando hay estos desastres que por desgracia son frecuentes. Lamentablemente, dicha bomba está obsoleta y los habitantes tienen que soportar en plena pandemia la falta del servicio del líquido vital, sumado a los constantes apagones del servicio de energía eléctrica.

En una entrevista en un medio local, el Ing. Juan Báez, Director de la Empresa de Agua Potable  de Orellana, manifestó que no se ha podido arreglar la bomba debido a que son repuestos que deben ser importados, y que por motivos del cierre de fronteras no se ha podido hacer el pedido.

Sin embargo, al tiempo que se informaba sobre la falta de agua potable para el Cantón Orellana, la Empresa OCP transmitía una cuña felicitándose por haber puesto a funcionar el oleoducto de crudos pesados, lo que deja claro que para la industria petrolera no hay cierre de fronteras pero cuando se trata de la vida del pueblo, no se actúa de igual manera.