Un siglo de radio y su rol sigue vigente

El 27 de agosto de 1920, cuatro hombres subidos en el techo del teatro Coliseo de Buenos Aires consiguieron realizar la primera transmisión radiofónica abierta al público y fue de un concierto de música clásica, en medio de la indiferencia de las poquísimas personas que contaban con un aparato receptor. Este acontecimiento se convertiría en un hito por sus enormes repercusiones al abrir un nuevo mundo en al área de la comunicación y su acceso a ella. Desde entonces y para siempre, los cuatro serán conocidos como ‘’los locos de la azotea”.

100 años han transcurrido desde ese suceso, la radio se ha extendido enormemente en todo el mundo con avances, retrocesos, luchas y logros. Su desarrollo se favoreció por ser un medio barato de emisión y recepción y por no ser necesario, a diferencia del periódico, el saber leer y escribir para acceder a su contenido.  

Desde sus primeras décadas, en diferentes lugares del mundo la radio no solo sirvió para transmitir noticias, publicidad y música sino también para la defensa de derechos de los trabajadores en emisoras sindicales y para la educación de quienes no tenían acceso a la educación formal.

En América Latina, la primera emisora “no comercial” aparece en 1947 con la radio de la Federación de mineros de Bolivia en el campamento Siglo XX de Potosí, todo un símbolo de la lucha sindical a nivel continental. Poco después, el padre José Salcedo en Colombia crea Radio Sutatenza, en el pueblito que lleva ese nombre para tratar de eliminar el analfabetismo en la región. Al cabo de algunos años, la cobertura de esta radio llegaba a la mitad de las parroquias rurales del país y había logrado la alfabetización de 30 mil adultos.

En 1962, en el Ecuador, Monseñor Leonidas Proaño funda las Escuelas Radiofónicas Populares del Ecuador (ERPE), que siguen activas en la actualidad, habiendo alfabetizado a 20 mil indígenas y campesinos en 13 provincias y proporcionado educación formal a otros 16 mil. Su ámbito de acción también trascendió al área de la salud y de hospedería campesina. Después vinieron muchas radios comunitarias más en el país. Actualmente la Coordinadora de Medios Comunitarios Populares y Educativos (CORAPE) agrupa a más de 100 medios entre afiliados y fraternos, trabajando en la construcción y fortalecimiento de medios de comunicación alternativos, populares, ciudadanos y comunitarios. 

La concentración de medios de comunicación en pocas empresas y empresarios, como ha ocurrido en nuestro país, constituye una amenaza para la democracia. Además, es fundamental dar voz a los que no tiene voz, a los sectores populares del campo y la ciudad, a las organizaciones de indígenas, mujeres, obreros, estudiantes. 

Con un siglo de existencia, la radio sigue vigente en la vida de las comunidades, y en la era digital las radios comunitarias tienen un rol fundamental ante el desafío de politizar la tecnología.